viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Quién se engaña?

         Bueno, ya estamos aquí. Que jartura de H2O. Agua por toas partes. Y la cosa es que vengo tan saturá que yo creo que no he notado el estar de vacaciones, pero, eso, ¿quién se lo cree? si cuando llegué al piso con las maletas cargás, me ví la cocina con su consiguiente "fogón", reconocí la lavadora (y ella me reconoció a mí, pensaría "ya viene ésta a jorobarme y a darle a mis botones to los dias y venga a cargarme de toallas llenas de arena de los cafres de los niños y yo venga a tragar agua...") y la fregona que me esperaba escondía detrás de la puerta y to los trapillos del polvo, y el "cillit bang", y en un momento de enajenación mental pensé "me vienen siguiendo". Pues no. Estaban allí, esperandóme, pa pasar las vacaciones tos juntitos. Obviamente mas conmigo, que con ninguno de la familia. Vayamos por partes, nosotras no veraneamos, cambiamos de domicilio. Hago lo mismo que en mi "residencia" habitual, pero aquí a pelo, sin pastillas ni enfermeras de por medio...jejeje. Es decir que para mi deterioro fisico y mental, no cuento con ninguna ayuda. Aquí en Sevilla, la casa es grande y claro, tengo la ayuda inestimable de mi "Mari Carmen de mi alma y de mi domicilio", aquello, es un piso de playa y se hace con "ná" (la percepción de esta palabra, mas bien del significado de la frase pasa por limites insospechados de significado segun provenga de un sexo u otro y segun en beneficio de quien se la adjudique), pero que barroca que soy, total, a lo que íba, que en los veranos quienes realmente descansan son los hombres, que dejan de trabajar, pero las mujeres nunca lo hacemos, excepto las del programa de la sexta "ricas y famosas" y mi marido, que dice que él prefiere trabajar. Yo creo que más que adicto al trabajo es contrario a nosotros, y yo contraria  a los niños y los niños entre ellos y hacia  nosotros, somos una familia desmembrada, pero eso sí, unida. Suena a coña, pero es así. Yo tampoco lo entiendo. 
         Ahora comprendo por qué en verano aumentan los divorcios. Por qué Eva Nasarre abandonó a su marido e hijo, ¿alguien sabe dónde vive ahora? Tendría que hacerle una visita, me siento en deuda con ella. Le explicaría que comparto su decisión. ¿Y Herodes? ¿sabe alguien que ha sido de él?, porque digo yo que tendrá descendientes, no?, ¿qué pasa, que como no sea yo, nadie quiere saber que ha sido de su rama genealógica?. Esto debe ser cosa de la UIJA, o hablar con Iker Jiménez, el de cuarto milenio...¡¡¡a alguien habrá que dirigirse digo yo!!!.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La evolución de las Especies

          Cada generación va presentando diferencias hereditarias sin explicación aparente, que hacen que los organismos evolucionen por selección natural. No hay dos individuos idénticos. Las diferencias surgen entre grupos, en ocasiones por razones geográficas.
          Qué ha pasado en mi familia. Me pregunto. En qué punto del dichoso cromosoma nos hemos quedado, en qué eslabón de la cadena de los ácidos ribonucléicos y desoxiribonucléicos se produjo el desencuentro, ¿se trata del famoso "eslabón perdido" y ma tocao a mí?. Porque este verano observando de cerca (porque de lejos ni observo, ni veo, ni me lo creo) la incipiente adolescencia que se desataba a mi alrededor, con esos cuerpos tan perfectos dignos de una cabeza mas privilegiada, esas caras angelicales, esas melenas nutridas de mascarillas y demas potingues capilares...joder es que las niñas de hoy en dia, por no tener no tienen ni acné. Cuando se ha visto que una niña, que pasa de niña a mujer, en el que parece que va a ser el peor momento de sus vidas, porque no son ni lo uno ni lo otro, con esas cejas firmes, pobladas, esa "oscuridad" en el labio superior, ese cutis afectado de prurito, se convierta en la Brooke Shields del lago azul?. A ver, Darwin, que es lo que se te ha escapao, esta generación viene empujando pero pal precipicio a las que crecimos de la mano de Heidi y su perro Niebla, el que se comía los caracoles, èstos chinos, ya se sabe, se lo comen to, sus perros los primeros... Ah! juventud, divino tesoro!!! pos no que vengo de la playa con la depresión de verme vieja!!, será esto a lo que se refieren cuando hablan de la depresión en el telediario, no? esto es a lo que llaman "síndrome postvacacional", porque lo de que te toque el reloj por las mañanas pa volver a la rutina, en los tiempos que corren,  es una alegría, ahora, los de las "BrooK Shields" sueltas alrededor tuya, eso sí que jode.
         Sigue diciendo Darwin, que no hay dos individuos idénticos. Doy fé de ello, porque otro igual que mi marido o mis hijos, ni clonándolos, es que esto es irrepetible. Y que las diferencias surgen entre grupos, en ocasiones por razones geográficas. Si ya lo he pensado yo muchas veces, mi padre, tenía que haber sido diplomático, yo hubiera tenido sin duda lo mejor de cada país, la altura soviética, y sus ojos claros, el idioma de Irlanda, el cuerpo de Brasil, un trabajo en Mónaco (donde no hay parados, como tienen el circuito, no dejan de darle vueltas cuando no lo tienen ), una cuenta extraordinaria en Suiza, porque las corrientes las tiene cualquiera, mismo Julián Muñoz (me prometí que no lo mencionaría en mi blog, pero me ha podido el ejemplo) , ya puestos, un hígado genéticamente cosaco, un pisillo en Duwait...ya me estoy pasando, me refería a lo que corporalmente me atañe, y no, que mi padre era veterinario, el mejor de Sevilla (y no lo digo por decir sino porque sacó el número uno de su promoción), así tengo, la naríz de los pequineses, el pelo de los yorkshires, el cuerpo d... que os creíais que íba a seguir no?. Pos no.
             Lo bueno de Darwin, es que dice, que llega un momento que entre generación y generación exísten tantas diferencias entre unas y otras que se hace imposible entre ellas la reproducción. Llegado a este punto hablamos de especies diferentes. Pos eso, que por esa parte estoy tranquila, que aquí no va a haber más barriga que la que tenemos, y es de gases...

        La vida es un asco y un sin sentido. Cuando tienes cuerpo, no tienes cabeza, y cuando tienes cabeza, tas dejao el cuerpo en algun lao y no lo encuentras. Las hay que tienen cabeza y cuerpo pero son las menos y estan ya cogidas, aviso. Y las del medio, psé, luego, no saben llevar la casa, tienen faltas de ortografía que te suben las dioptrías, no cogen un dobladillo, no  guisan...ni falta que les hace...¡Las muy putas! jeje.
       
         Nada, nada, que vengo rebelde, y hasta que no se me quite el coraje, que dice mi marío, que soy la persona que más utiliza esa palabra del mundo, pos no vengo más.

domingo, 23 de mayo de 2010

Las cosas dil mio figlio

        El otro día me cogió mi hijo en un renuncio, por sorpresa, estaba liada con la cabeza centrifugando cien mil cosas y agachada echándole sal al lavavajillas, (cuando la sangre se me agolpa toda en un sitio, soy "masculina" no doy pa más...y en esa postura, creo que la tenía toda un poco más abajo de donde se le agolpa a los hombres, en los tobillos...) "Dime algo en italiano, mamá, ¿te acuerdas?, tu me dijíste que en Turísmo, lo estudiaste, algo, corre", "¡ay, nene!, yo que sé, ahora no se me ocurre nada", insiste, "hija, por Dios, dime algo, lo que sea". "Al Pacino". ¡Ea!, y me quedé tan pancha, ¡Ahí quea eso!, a la mierda los cursos de italiano que me pagaba mi padre en la "Dante Alighieri" y no digamos lo que le costó Turísmo, ¿de qué me quejo de mi hijo?, no tengo perdón. Reconozco tener mucha ventaja con mi hijo y su "proceso de hominización", quiero decir, que como aun le queda para cuajarse, puedo dosificarle la información según me convenga. A veces. Claro. Porque este año, a principios de curso me vino con la preguntita de rigor: "Mamá, ¿qué es follar?". Estábamos en la cocina. Mi marido, que la hízo grande. Escribo de mi cocina, para las cabezas pensantes y subversivas que me consta, son muchas (me incluyo). Quiero decir, que en nuestra cocina se cuece todo (ya os lo dije con los peces), en todos los sentidos. Eran las tres de la tarde. Estábamos, el de la pregunta, o sea, Carlitos, Quique y yo. Quique paró ipso facto de comer macarrones (qué situación tan convencional y qué comida tan vulgar-y no tengo nada en contra de Italia, al contrario, me encanta- ante una pregunta gracias a la cuál el ser humano da sentido a la demografía...pero no quiero ponerme trascendental), no sé por qué, porque yo no híce ningun gesto ni ademán que hiciera ver que me había incomodado dicha pregunta. Quise tomarla como algo normal, "en su pertinente proceso de hominización", aunque no niego que me acordé del chiste de la abuelita, ése en que el nieto viene preguntándole: "Abuela, ¿como se llama cuando dos personas duermen una encima de la otra?", la abuela titubea un momento y decide hablarle al nieto con libertad, madurez y veteranía, "se llama tener sexo". El nieto se va de nuevo a jugar con sus amigos y al día siguiente cuando ve a la abuela, le dice: "Abuela, lo de ayer no era tener sexo, era LITERA y la profesora quiere hablar contigo...". Pues eso, que yo titubeé un poco pero finalmente, le expliqué a mi hijo. Le dije que no era "litera". "Ajáaa, con que esas tenemos, noooo??", y para rematar mi planteamiento hízo el típico gesto de meter y sacar el dedo índice de la mano derecha en el círculo de unión del índice y pulgar de la mano izquierda. Yo pensé, "vaya, se ve que lo ha captado"... A consecuencia de lo cuál, me llovieron otro chorro de preguntas un tanto surrealístas acompañadas de sus no menos comentarios surrealístas: "Y, tu, ¿lo has hecho con papá?" "Pues sí, Carlos, te he dicho que así se procrean los niños, sino, como crees que aparecísteis tu y tu hermano?", "Qué asco mamá, todo lleno de pipí..."
         Yo no salía de mi escombro. Me había imaginado hablándole a mi hijo de sexo, pero desde luego no delante de su hermano que tenía los ojos como platos y las orejas como "Snoopy", (es decir, estaba irreconocible), no delante de un plato de macarrones, no sola e indefensa ante aquella lluvia de preguntas sin sentido, sin pies ni cabeza (explícitamente miembros sexuales y solo miembros sexuales), sin preaviso, anestesia ni mas miramiento, no porque esto resulte tan dramático, sino por la percepción tan particular con que se toma las cosas mi hijo. Yo pensaba, "se lo tengo que explicar con sutileza y claridad porque lo mismo lo aboco a seminarísta que me pide una gabardina y una "esquina" lejos de una farola..."  Y tambien pensaba, "¿por qué cuando se necesita a los hombres nunca están?", bueno, pensaba en mi marido concretamente, no en cualquier hombre, claro. A lo mejor, desde el punto de vista masculino, hubiese tenido otro planteamiento, pero bueno, en seguida se me disipó la duda, lo imaginaba resolviendo el problema visionando una PELICULA PORNO con su hijo, ¡no podía creerlo! ¡Pero Carlos, por Dios, ¿cómo has podido?!, y antes de proseguir a vituperarlo, rebobinaba y me decía ¡SÓLO ES MI IMAGINACIÓN! ¡VUELVE EN TI!, de hecho, tantas situaciones se me pasaron por la cabeza que llegué a dar gracias de que mi marido, por suerte para los cuatro no estuviera allí. Me díje que si la situación había sobrevenido así era porque yo estaba capacitada para solucionarla. Los que me lean pueden pensar lo exagerado que resulta todo cuanto cuento pero todo es porque no quiero entrar en detalles de todo lo que se me preguntó, no quiero ver al director de ginecología del Virgen del Rocío en un aprieto como el mío, porque cuando sale de mi cocina, se hace un curso en CCC y se mete a peluquero. Yo no tenía conocimientos anatómicos, ni psicológicos, ni auditivos ante aquella sarta de barbaridades. Y la cosa es que yo me acuerdo cuando tuve su edad. Yo no sabía tanto. A mi me tenían enrollá con el viejo de los Alpes, la insulsa de Clara, venga a tragarme capítulos de Marco a ver si encontraba a la madre, cómo la íba a encontrar coño, si la buscaba en Argentina y al tiempo la vió Lydia Lozano con un negro en el Caribe?, pues eso, que a mi entre unas cosas y otras se me pasó el tiempo y cuando me vine a dar cuenta me quedé embarazada de Carlos, ¡en la piscina! como decían las antiguas, jajaja...No, en serio, ¡si mi padre hasta cambiaba de canal cuando anunciaban las compresas! ¡como pa preguntar en casa!, y recuerdo que mi madre, que era la más accesible era de las del grupo de mi hijo, "Mamá, ¿qué es el sexo?", "¡Qué va a ser hija, lo que tenemos en la cabeza y que a algunos les falla!, y ¡muchos que le he molido a ustedes en las papillas!", así, ¿quién se quedaba embarazá?, ¡pos nadie!...
        Una vez, estando en cuarto de primaria, estaba yo echada en la cama buscando un poco de tranquilidad con mis dolencias menstruales, se me puso pesado. Tenía ocho años o nueve a lo sumo. "mamá, qué te pasa", "mamá dímelo", "déjame, Carlos, me duele la barriga", insiste (sale a su padre), "pero qué parte de la barriga, por qué lado", "¿qué mas da?, me duele y ya está", "pero qué zona?, dímelo mamá, que yo he dado el cuerpo humano, y yo entiendo", "Vale. Te lo digo. Los ovarios. ¿contento?". "Buah!!, ¿y por eso estás tu así?, ¡qué tontería! ¡a mi me duelen de vez en cuando y yo tampoco me quejo tanto!". "Y tu me díces que has dado el cuerpo humano???, ¡ese éxamen lo suspenderías!".
         Por éste y por muchos otros motivos, extensísimos de contar, no me quedó nada claro que Carlitos hubiese asimilado la información de aquel día en medio de aquellos macarrones. Así que pensé, que en el momento que tuviera la más mínima oportunidad reforzaría sus conocimientos para que no se sintiera ignorante ante los niños de su edad que saben bastante más que él, a veces, hasta incluso que yo. Echaron una película que me encanta "Love Actually", y le propuse que la viera conmigo...

jueves, 20 de mayo de 2010

           Mi vida está abocada a los excesos. ¿Cuántos años llevo queriendo hacer régimen?. Desde el ·95, y aquí sigo. Pero es que no consigo la ayuda necesaria. Sí, voy a terapia con una psicóloga argentina, que nos díce que cuando nos acometan esos estados de enajenación estomacal, bebas agua y "aguantás como podés". A "guantás" me liaba yo con unos pocos en esos momentos, que es lo que nosotras en petit comité decimos, seguiríamos con los mismos kilos pero con mucho menos volumen a nuestro alrededor...
A ver, quién le ha dicho a mi hermano Antonio que se presente esta tarde con un papelón de caña de lomo que olía desde el campo del Sevilla (yo vivo a unos 300 metros), en toda la plenitud de esa enajenación y en plena ovulación, o sea en el cúlmen de mi triciclo menstrual, porque como soy tan barroca, yo no tengo ciclo, tengo triciclo. "Toma Mariquilla, que me he acordao de tí. Está buenísima". "Pero Antonio, por qué me haces esto?. Pa traer caña de lomo, trae marísco". "Y el marísco, qué pasa, que no engorda?". "Hombre, el marísco es agua". "Ya, ya. Pues abre el grifo y te comes un kilo gambas a mi salud"...
         Esta mañana he ído al banco. Había una cola descomunal. Delante mía SIETE personas, pero es que detrás, había ya lo menos diez. Al que estaba detrás mía lo llaman por teléfono: "No, ya voy a acabar, me quedan dos personas". Inmediatamente pienso, "Habráse visto?, pero este tío, de qué va?. Me está llamando gorda, no?, porque si no ve que delante mía hay siete...¡es que yo se las tapo!!!. En ese momento me contuve, y no me volví a desahogar mi enajenación estomacal transitoria en él porque me considero de buena familia y no me gusta dar escándalos...pero por qué esa contención no adelgaza?, o esa solidez con que aprisiono los arrebatos a que constantemente me somete mi familia, mas concretamente mi marido y mis hijos?, por qué esos "trabajos forzados" de "limar" asperezas no nos conducen a la libertad de un cuerpo exento de cárceles culinarias...??? Por qué, por qué?.
          Otro caso me pasó no hace mucho con mi marido. De esos de los de enajenación, esta vez, mental transitoria...De pronto pensé en mi cumpleaños y me agobié. "Por Dios, Carlos, no me creo que vaya a cumplir 39 años, es que no me lo creo, que ya estoy cerca de los 40, qué agobio, Virgen Santa" "Como que no los tienes. ¡Si los que cumplas van a ser 38, so loca!". Es verdad, me hízo las cuentas y era yo la confundida. Me dió tanta alegría, pensé, "pues nada más que por eso este año, tenemos que celebrarlo, en casa, con todo el mundo, verdad?", "¿Qué me vas a regalar??". "Pero, mujer, te parece poco. Acabo de encontrarte un año, hay mayor regalo que ése, eh?. Al final me vas a tener que regalar tu a mí, porque eso, no te lo esperabas...".
         Yo quiero mucho a mi marío. En realidad, no sé si lo quiero o me he acostumbrado a él. Nosotros somos la típica pareja que a todo el mundo divierte. Somos la versión real de escenas de matrimonio, esa serie de Jose Luís Moreno que se hízo popular contando los avatares de tres parejas: una de avanzada edad, otra de mediana y una pareja joven. Nosotros somos la mezcla de las tres, aunque ni que decir tiene, tiramos pa los extremos. Mi marido para el hombre de avanzada edad y yo para la joven (jaja). Puedo escribir de él con total libertad, con la seguridad de su desinterés y la imprudencia de su ignorancia. Está por un lado lo que él me díce:"Qué, ya estás escribiendo pa tus amigas, pa vuestro corrito, no?". Y lo que yo pienso: "No, cariño, estoy escribiendo pal mundo, para el infinito y más allááááá. Te desnudo, te muestro, te expongo, te enseño, te pongo al descubierto. Estamos en paz. Tu me dejas al descubierto en el banco, y yo en mi blog. Todo se reduce a la elegancia". Pues eso, salimos, tu lo escuchas como habla con tus amigos, en las reuniones, como, haciendo uso de la diplomacia y de una mente abierta a todas las sugerencias, es el portavoz de su familia, y te enrolla, te enrolla como si te estuviera dando un presupuesto (porque se dedica a las obras. A él le encanta llegar a una casa y una vez aceptado el presupuesto decir: "Cuando usted quiera, le metemos mano..." Si, si, es un truhán, es... mi marido...). Así lo conocí. Vino a darme un presupuesto. Le acepté el primero y como el segundo se me salía del mío, tuve que casarme con él. ¡Por lo que tiene que pasar una en la vida!. Menos mal, que a los presupuestos posteriores si he podido hacerles frente, sino, me veo desposándome a diestro y siniestro. Yo estoy segura de que la Preysler se ha visto en mis mismos aprietos, por eso ella ha tenido que ir por la vida así, ¡la pobre!. Creo que cuando Miguel Boyer le hízo la 1ª declaración y le salió a pagar, no tuvo mas remedio que casarse con él, justo lo que me pasó con mi Carlos. Tenemos vidas paralelas... A lo que íba, que vuelvo a divagar, que cuando lo ves tan resuelto, afable, con ese don de gentes, hablando con todos, y luego te lo traes pa casa y lo tienes pa ti sola, te preguntas: "¿Qué ha sido de él?, ¿dónde se ha quedado el resto?, porque lo que tengo en el sofá desparramado no tiene na que ver con lo de antes que estaba en la reunión. ¿O será que tengo que cambiarle la batería como a los móviles?. O aun peor, cambiarme de movil to los años y si es posible de "compañía", pa tener mejor "comunicación", poder estar en conversación muchas horas, que tenga $buen saldo$, que le dure y dure la batería y sobre todo TÁCTIL, que es lo que se lleva ahora... ¿o, no?, lo malo es que él me quiera cambiar por una PDA, o sea una PETARDA...

miércoles, 12 de mayo de 2010

        
          Que lo que sentí aquella noche
          no me traspase, ni me corrompa
          no me imagine protagonísta
          de otras historias.

          Que sin haber sentido tu contacto
          tengo estremecimientos nocturnos
          ritmos acelerados, oscuros nudos
          que entrelazan mis sentidos uno a uno.

          Brotan de mi epidermis agudas notas
          que se deshacen en un gemido, como de un sónar
          tratando de entremezclarse entre los silbidos
          de un viento mudo que se desliza por tus oídos

          Quiero llamarte a gritos y despertarte
          y abrirte mi alma por pusilánime que sea tu parte.
          Quiero cerrar los ojos y que no estés
          para descanso de mis demonios y de mi sed.

          Quiero volver a ser la que ya no soy,
          y destruir con mis propias manos lo que eres hoy
                  sin embargo,
          por mas que quiero no puedo dejar de mirar atrás
          y ver tu sombra que me persigue entre las demás.

martes, 11 de mayo de 2010

Una de rima

          Como últimamente la inspiración me persigue pero yo corro más que ella...voy a inclinarme por la poesía que a veces me visita. Aprovecho para decir que estoy muy agradecida a todos los que me leéis aunque no sea una autora constante.Tambien tenéis la culpa de ello, porque rara vez me siento a la altura. Lo escrito, muchos besos.

         Mi amor flota en una nube
         persiguiendo un reencuentro
         atisbando dia y noche
         por fugaz que sea el momento.

         Encadenada por fuera
         pero libre en pensamiento
         mi corazón galopa y espera
         por su establecimiento.
 
         El tiempo y sus avatares
         la vida y sus dentelladas
         nos han puesto a cada uno
         al otro lado de la plaza.

         Para añadir a mi ya, ruina,
         te veo bien acompañado
         y encima estar agradecida
         porque te tengan cuidado.

         No veo momento propicio
         no encuentro lugar alguno
         que nos haga al fin unirnos
         en un abrazo oportuno.

         Por desgracia he de vivir
         sometiendo esta pasión
         ahogando mis sentidos
         en mi desesperación.

        Ultimando los detalles
         de nuestro común futuro
         sueño castillos de aire
         y catedrales de humo.

lunes, 26 de abril de 2010

4º capitulo: Carlitos del Torme-nto

     Teníamos un acuario en la cocina, a cualquier cosa se le llama "acuario". La vasija si era de acuario, y no pequeño pero la pata que la sujetaba era, creo, de un sillón de oficina de esos niquelados con 3 puntas,(que aquí, mi hermano y vecino, al que yo llamo Hombre de Cro-Magnon habia tenido por bien de ponerle para infortunio de juanetes y "metatarsos" ) con las que todos tropezábamos insistentemente. Es decir, como éramos los tres que por aquel entonces comportábamos la familia igual de ¿ágiles?, ¿cuidadosos?, ¿atentos?, pues eso que cada vez que entrabamos en la cocina por la puerta del comedor, ¡pumba!, un porrazo a medias, 1/2 pal acuario y sus correspondientes peces, 1/2 pa nosotros, concretamente alguno de nuestros pies. Eran cuatro peces vulgares, naranjas, insulsos y aburridos de la vida que circulaban obsesivamente en aquel receptáculo a la espera de que algun productor de Disney les ofertara la oportunidad de su vida, como en su dia tuvo Nemo. Lo terrible es que menos productores de Disney, han pasado personajes de lo mas variopinto por nuestra cocina, pero nada que ver con la gran pantalla. A lo que íba, que divago (una peli que le gustaba mucho a mi madre: Dr. "Divago"), Carlitos nunca ha sido ni es amante del pescado y por aquel entonces, lo típico, le daba al niño sus acedias nocturnas, pijotas o lo que encartase. Uno de los dias en que me despisté por unos momentos de la cocina después de haberle dejado su pertinente cena puesta, cuando vuelvo me doy cuenta que todo seguía en su sitio a excepción de un par de acedias que aun no había resuelto pelar... y pensé que era imposible que mi hijo las hubiera ingerido con su esqueleto correspondiente, hasta que observé tras una rápida visual que en el acuario de aquellos insulsos peces nadaban tambien los confetis harinosos de los otros dos que yo había echado de menos de su plato en un vano intento por hacerlos resucitar. Lo miro. Me mira: "Querían volver con su familia". "Ya, y tu te has erigido en el comandante Cousteau. Y, claro, puestos a pensar no habrás caído en que las acedias y los peces del acuario no pertenecen al mismo orden", por supuesto di por sentado que mi hijo no me había entendido, aun asi, él me contestó, "yo si los he metido por orden, mamá, primero uno y cuando vi que no venías, metí el otro." Está claro que los hijos nos van superando en "estatura"... En mas de una ocasión tuvo mi hijo trifulcas con el mundo marino. Los pobres peces pagaban el insomnio de mis noches exponiendo su vida. Otra de las veces en que sin querer me traspuse durante unos quince minutos a la hora de la ¿siesta? (palabra que me costó mucho introducir en la vida de Carlitos, pero que ya resolveré contar) cuando abrí un ojo y vi el tiempo que había transcurrido, me alteré muchísimo, porque en ese tiempo a Carlos, le daba lugar a desestabilizar el mismísimo Pentágono, que digo pentágono y un dodecaedro si se le ponía a tiro...Se me hízo tan raro, que estuviera a los pies de mi cama y nada mas yo abrir mi susodicho ojo, se apresurara a decir: "No he hecho nada, mamá, no he hecho nada", agitando las manos nerviosamente. Estaba claro que podía estar tranquila ante tan sugerente confesión... "solo he freído un pez". "¿Qué?". Siempre hemos tenido mucha suerte con los animales, la longevidad nos ha perseguido. Yo tenía una pequeña sartén en el horno con aceite de freir un huevo, que para suerte de aquel cetáceo estaba frío, porque allí estaba el pobre pez haciendo lo que los peces suelen hacer abrir y cerrar la boca en aceite de oliva, eso si, virgen extra. Pos ná, lo saqué, lo enjuagué en el mismo grifo de la cocina, y a estas horas es probable que aun aletee en las pantanosas aguas del Alamillo, porque su padre y yo determinamos por pensar, que visto lo visto, pasarían a mejor vida concediéndoles la libertad y las infecciones del agua de aquel parque, en vez de dejarlo a expensas de la imaginación de nuestro incipiente primogénito.

sábado, 17 de abril de 2010

3er Capitulo: Esto no ha hecho mas que empezar

           Eso ya se sabía, que yo no tenía idea de lo que venía, y tampoco era cuestión de planteárselo. Pero como cada día me encontraba mas sumida en mi papel de madre e íba avanzando torpemente por los entresijos familiares, pues encima me sobraba tiempo para complicármela aún más. Me llevaba el niño el que había sido mi pediatra, vecino de en frente de toda la vida de mis padres y que nos conocía de toda la vida. Además de ser una eminencia como tal, era y es un tipo estupendo. Era el típico médico de la generación en la que la palabra "virus" no estaba en su vocabulario. No todo era un virus. Los niños cogían "infecciones", "resfriados", "constipados de vias altas", "simples congestiones nasales", y o bien me decía "Esto no es ná, déjalo pasar" , o bien me mandaba algo coherente que remediara lo que el niño tenía. Bueno pues a mi se me ponía malo o le daba fiebre, no? y como se me había despertado tarde la maternidad..., pues una vez despierta no había quien la parara. Yo era la más de la más, la más madre, la más Lola, la faraona. Salía de la consulta del pediatra, que a lo mejor me había dicho "Déjalo pasar, eso se le quita", y yo muy prudente y muy dignamente pagaba mi consulta y me venía como una centella para la casa a coger cita con la pediatra del seguro (yo era muy lista y quería 2 ó mas opiniones sobre aquello tan importante que acontecía a mi hijo, que no era mas que cualquier insignificancia de las etapas por las que tenía que pasar). Mi marido, "Y yo lo que digo es que si ya lo has llevado a don Antonio, ahora pa qué lo vas a llevar a otro, digo yo, pregunto". Yo, como los viejos, como el pobrecito de mi suegro que en paz descanse, que se encontraba mal, iba al médico, le mandaba tal o cuál pastilla, iba por ella y no leía el prospecto sino lo que costaba, si era barata, eso no lo curaba y no valía ná. "Una vez, me contaba, me mandaron unas pastillas que costaban cinco mil y pico pesetas, ¡aquello si que era bueno!, rápidamente me encontré mejor a la 2ª ó 3ª". Pos yo igual. "Pero, Carlos, ¿cómo pretendes que yo lleve al niño malo al medico, no me mande nada y me quede tan pancha?, pero, ¿qué clase de madre crees que soy?. No puedo pararme ante cualquier contrariedad. tengo, tenemos que llegar hasta el fondo". Claro, mi marido asombrado por los absurdos discursos que le largaba por cualquier estupidez, me dejaba por imposible y me sobrellevaba como podía. Cuando la pediatra del seguro tampoco me convencía, lo llevaba a otro. O sea, que tenía varios diagnósticos con sus respectivos tratamientos y ahora me tocaba llorar porque no sabía por cuál decidirme.
      De película. Carlitos fué creciendo y se hizo un prenda. No paraba quieto un momento, no hacía caso, vivía en su mundo...Ya, en la guardería, comentando un día le dije a las cuidadoras que no recogía que hacía lo que le daba la gana, que no tenía autoridad, que si podían orientarme en algo. Ahora recuerdo, que por entonces yo no era amiga de Reyes, pero un día coincidimos en la puerta de la guardería para recoger a los niños. Cuando nos lo sacaron, estaban llenos de churretes por toda la cara y aquí, mi amiga, ni corta ni perezosa, le recrimina a la "seño" que nos los sacó: "Pero, mira cómo trae la cara de sucia, ¿no tenéis una toallita para limpiarlos o "algo"?". Nada más entró la susodicha para dentro nos cierra la puerta como solían hacer con muy mala cara y me mira y me gesticula "pueblerinamente": "Vamos, qué trabajo les cuesta darle un poquito en la cara, y no lo tenemos que llevar por toda la calle, de esa manera, si es que..." Le faltó decir: "¡Cómo está el servicio!". Por supuesto yo me moría de la vergüenza y pensaba, "Por Dios, qué tiquismiquis, yolo lavo en casa y ya está", porque es que a mi, todo me daba vergüenza, señalarme, hablar...y durante todo el dia estuve con aquello dándole vueltas porque yo no me hubiese atrevido, aunque hubiese sido hasta su deber, entregarnos los niños, al menos, como se los llevábamos. Pues ese fué mi primer contacto con la que hoy, es mi amiga Reyes: "otra tocaovarios". Precisamente estas gratas personas que nos entregaban los niños to churretosos me aconsejaron que lo castigara con lo que más le gustara y le tirara lo que fuera a la basura,(tuvieron que explicarme que yo hiciera como que se lo tiraba, porque yo lo entendí de verdad) y  a ver qué tal. No tuve que esperar mucho para llevar a cabo el plan porque Carlitos era un alma indómita, un indio salvaje atrapado en un fuerte. Así hice, cometido el delito, impuse el castigo. Con lo que mas se entretenía era viendo los libros de los cuentos de Disney, porque aun no leía, pues yo muy resuelta me plantifico en el cuarto, le explico que "por tal o cual circunstancia" le voy a tirar los libros,  me cojo mi bolsa de basura, los voy metiendo ante su atónita mirada, me voy para la cocina con mi bolsa, él que empieza a llamarme desde su habitación..."Ya está. Ha recapacitado. Menos mal. Creía que lo había perdido" Recuerdo que todo era un mundo para mí, que cualquier resultado no esperado me dejaba sin recursos y sin saber cómo actuar y aparte no me íba nada bien con mi hijo, nada había funcionado: horarios, fruta, cereales, verdura, pañales, nada había salido según los cánones, los normales, los de los otros niños, en algo tenía que sentar cátedra: "¡¡Mamá, mamá!!!" Me vuelvo rebosante de júbilo y alegría: "Lo has pensado bien, no?, te vas a portar mejor y a hacerle caso a mami, a qué si? (yo, aun con la bolsa de basura en la mano), "No, no, que se te ha olvidao éste, que yo estaba sentado encima, pa que lo tires tambien"...

miércoles, 14 de abril de 2010

2do Capitulo de mi hijísimo

          Lo tuve a las 22:50 de esa noche, con lo cuál, todos estaban reventados de esperarnos. Nos besaron y se fueron. Nos subieron a la habitación. Una vez allí y hablando de nuestras cosas como si nada hubiera pasado, de pronto le dan la vuelta al nido de la habitación y aparece envuelto en una mantilla nuestro primogénito.
Nos asomamos los dos a aquel cestillo como el que se asoma a un balcón a ver el vecindario. Sin que me hubiera dado tiempo a que se me despertara el instinto maternal. Esto va en serio, a lo mejor a alguien le parece aberrante leer esto pero es cierto. Yo, había sido la última en la familia, como el eslabón perdido, sin trato alguno con la infancia y habiéndome quedado embarazada porque era lo que se esperaba de mi "obtusamente" una vez casada. Ahora ni qué decir tiene que mis hijos son lo más importante de mi vida, pero todo es real. Así que allí estábamos los dos mirando ese trocito de carne envuelto en manta. "Está sonando". "¿El qué?". "El niño". "Creo que está llorando"."¿Y qué hacemos?". "Dale al botón de la ayuda , que pa eso está, pa que nos ayuden". Ahora que lo pienso me muero de la vergüenza. Y además no me voy a molestar ni en poner a quién pertenecía cada absurda frase que pronunciamos porque no tienen nombre. Pero allí estaba Carlitos llorando como si fuera un gatillo.  El enfermero absorto por tan incomprensible llamada, nos inquirió: "¿Y bien? ¿cuál es el problema?" "Que está llorando y no tenemos chupe". "De chupe, nada. Teta". Y se fué. El muy sinvergüenza nos dejó allí solos con un niño recién nacido. Yo no cabía en mi asombro. "Esta Seguridad Social, cada vez está peor, sin instrucciones, sin miramientos, alá ahí te queas, Dorotea, arreglatelas como puedas". "Pues nada, Carlos, algo tendremos que hacer, a ver dámelo. Voy a intentar darle el pecho a ver qué tal". Menos mal, que yo ya venía con la teta de serie que sino, igual me da por pedirle una al enfermero, y que yo soltaba calostros o el agüilla aquella tan "maternal" desde el 7º mes y no me dió por pedir "si alguien podía venir a ordeñarme" o cualquier barbaríe parecida, porque ante tanta ignorancia, todo cabía... Mi marido, todo nervioso por cogerlo por primera vez, el aire acondicionado puesto bastanta alto, él que no quería destaparlo, yo, postrada cuál Cleopatra "con la teta fuera" esparando mi retoño...cuando llega a mis manos hecho un lío, me lo deja en el regazo ¡¡¡DEL REVÉS!!!. Como lo escribo. Los pies pa la teta y la cara to tapá. Ante tal "gurruño" le recrimino a Carlos, "Pero, hijo, Carlos, por Dios!! ¿Ya, ni coger a tu hijo? Pónmelo del derecho por lo menos ya que yo voy a ser la que le va a dar el pecho. Por favor, que te pido mu poquito. Dámelo derecho, hijo, pos pronto empezamos".
       Y entonces, ¡Qué momento más bonito!. Cuando ese niño por primera vez te coge el pezón y te lo hace trizas. Es justo en este momento cuando se produce la sempiterna parásitis de los hijos a los padres. Para los que empiezan con biberón, es lo mismo: Desde que aprenden a succionar estamos perdidos.
      Nadie vino a vernos al siguiente día. Fué el fatídico día en que falleció Lady Di, y la poca familia que nos debía acompañar, nos decían que si todo estaba bien que a qué molestarnos... Sin palabras. En su defensa diré que por aquel entonces no había apenas programas del corazón, era domingo...resumiendo no tienen justificación.
     Pero lo mejor estaba y está siempre por llegar, o eso dícen. Acostumbrarnos a tener un bebé en casa no fué nada fácil. Yo diría dificilísimo. Todo era un mundo. Qué digo un mundo. Un universo.
¿Qué puede facilitarle las cosas a una madre inexperta, sin ayuda, ineficaz, insegura, y llena de ansiedades y miedos?: Pues mi hijo. Un ser bohemio y sin escrúpulos. ¿Por qué, me preguntaba, no distingue el día de la noche?, o ¿por qué llora sin justificación? lo que se suele decir: está limpio, comido, dormido, ¿qué mas "-idos" me faltán?. Por la noche se me despertaba, lo cogía en brazos y empezaba a pasearlo nerviosamente por la habitación para que se durmiera lo antes posible, porque es que era DE NOCHE, ¿cómo no podía comprenderlo?. Pues todo mi afán era, rebosante de nerviosísmo, transmitirle la paz que él necesitaba para conciliar el sueño. Era obvio que todo presagiaba una catástrofe. Para colmo, mi marido se levantaba a ayudarme y a empeorar mi situación como sólo los hombres saben hacer: "Ese niño tiene gases". "Ah!!! Ya. ¿Y desde cuando se supone que eres pediatra?. Eh?, listo, porque que yo sepa tienes tan poca idea o menos que yo. Porque yo al menos, tengo el instinto maternal" . Que dicho sea de paso, para nada me servía, o aun no se me había despertado, o sus horarios no coincidían con los de mi hijo...
       Dícen que los niños vienen con un pan debajo del brazo. Mi hijo no. Mi hijo venía con una botella de butano. Era un globo aerofágico, isostático, un zeppelin. Y claro, ya se sabe. Los gases son muuu malos.

lunes, 12 de abril de 2010

        Mención especial merece mi hijo mayor, Carlos que ahora porta 12 años en su físico pero no en su mente. Ya en la barriga, yo notaba como se bebía el líquido amniótico...de una forma exagerá, es que era "glub, glub, glub..." y ya luego "hip, hip, hip...", porque como el me bebía, yo tambien bebía... "coca-colas". Es verdad que empezaba desayunando coca-colas y una vez, me detuve a pensar y a escuchar a las antiguas y me dijeron que la coca-cola no era na de buena, que las cervezas daban mu buena leche. Me lo tomé en serio. Ya en el octavo mes de embarazo le hacía por las mañanas los cortaos a mi marío. Tuve mucho complejo. Yo no podía vestirme de morado, ni de lila. Descarté por completo ese color de mi armario, porque era ver el anuncio del chocolate "Milka" con esa vaca morada y echarme a llorar. Yo pensaba, "alguien que me ha hecho una foto en la calle sin que yo me de cuenta" "¡menudos cabrones!"... Total que tuve a Carlos. Fué horrible. ¿Quién es la que dice que eso es lo mas bonito de la vida? ¿a ver? ¿quién, coño?. Yo estaba tan contenta, tan estúpidamente inocente en mi cama aquella mañana de sábado del año de Nuestro Señor 1997 de un apetecible y no menos fresco agosto en Sevilla, cuando mi hijo, no sé con qué artilugio me partió la bolsa o lo que fuera aquello. Porque para colmo, como yo era tan lista, como estaba tan bien arropada no habia considerado la posibilidad de asistir a la preparación al parto, ¿pa qué?: Toda la vida se habían tenido niños y nadie había ido a ningun sitio, yo estaba harta de escuchar que mi madre había tenido a todos mis hermanos en la casa, con una matrona sin mas parafernalia, menos a mí, que ya eran otros tiempos y a mí me tuvo en la Clínica de Fátima, en la Palmera, que mi madre refería con mucho orgullo por ser una zona "como muy respetable". Total que le digo a mi marido a las 6 de la mañana poniendo el colchón perdiíto de lo que mi hijo no se había terminado de beber, que gracias a Dios, porque aquello tenía una pinta..., que menos mal que lo eché, lo dicho, "Carlos, que estoy pariendo". Mas vale que no analicemos la frase ni morfológica, ni sintácticamente, porque semánticamente viene a resumirse en "¡ilusa!". "¿Pariendo?". Los que nos conocen podrían imaginarse a mi marido, pero desde ya os digo que no hay color. Se puso verde, rojo, amarillo... intentando recoger la ropa, las cosas, y yo, muy dueña de mí y muy ignorante de lo que se me avecinaba lo tranquilicé: "Pssss! Tranquilo, me voy a duchar, ve llamando a tus padres, a mis cuñadas...que yo estoy estupendamente". Me corté hasta las uñas. Me pinté y no me teñí porque se arma mucho con la henna, que si no...¡bueno!.Llegamos al Maternal. Se nos acerca el camillero, mi marido:"que venimos a parir". ¡Pobrecito! Él no estaba mintiendo, yo habia entendido perfectamente que él se refería a sus "paridas". Nunca comprobé si el camillero lo entendió, pero como a menudo los hombres son MUY IGUALES con los años "no me cupo duda"(entre otras cosas porque he engordado mucho, y por no caber, ya, ni las dudas). Cuando me reconoció la tocóloga na mas llegar, comprendí lo del nombre: Mas que "tocóloga", yo la llamaría "tocaovarios", me metió el dedo con una agresividad... "Yo creo que pensaría, ¡por si no es virgen, que se entere!" Pues sí, me enteré, por poco la arrastro de los pelos, y como pude sollozando balbuceé "¿Y esto por qué? " so hija de puta, lo que no está entre comillas es lo que no añadí... Y sin mirarme me dijo "Para ver los centímetros que tienes dilatados" y mi imprudente marido tuvo que preguntar "¿Y cuántos tiene?". "CERO". Sonó tan mal, sonó a los exámenes de alemán de un lunes de feria, o a los de contabilidad de un viernes de dolores. Cuando tu decias, "qué estúpida, la tía, me podía haber puesto un 0´5, por lo menos he  dado la cara". En fin, que el camillero me cogió diligente y muy decidido me sacó de allí y mi imprudente marido volvió a preguntar:" ¿Dónde la llevan?" Y yo aun mas lista que el camillero, que mi marido y que la tocaovarios juntos, contesté: "A paritorio, Carlos, parece mentira que hagas esas preguntas a estas alturas". Me he sentido idiota en muchas ocasiones en mi vida, pero ninguna tanto como entonces, entre otras cosas porque tuve ¡tantas horas para pensar la tontería tan gorda que referí!... Me subieron a monitores. Era una sala en aquellos momentos con 4 camas más separadas por cortinas que no estaban corridas, ¿para qué? así podíamos ver la entereza o debilidad de nuestras compañeras... Aquello no tenía precio. Digo yo que para distraernos cada 1/2 hora cogían a una la sacaban con la camilla... Nadie preguntaba. LLegó mi turno. Me llevan a una habitación montada en mi susodicha camilla y me dice la enfermera "A ver hija, que te voy a afeitar" "No te preocupes, ya estoy depilada". La enfermera me miró con incredulidad entre otras cosas porque por entonces, no se llevaba "la brasileña", y me díce: "Creo que no estamos hablando de lo mismo". Luego me quejo de mi hijo, para que me pensaba yo que me iban a depilar las piernas en el maternal, ¿era una prestación de la Seguridad Social aparte?, ¿para distraernos?,  ¿disipar la presión del parto?...Evidentemente no eran las piernas lo que me íban a depilar... Y si antes le digo "¡Ah! ¡Ya! Pero espera que yo". Ya estaba depilada.
       Empezaba a pensar seriamente que estaba metida como en un campo de concentración. Desde que entré no hacían más que hacerme la puñeta. Después de esto me introdujeron "vaginalmente" un cable o un alambre para tener los latidos del corazón de mi hijo en una máquina, a las demás le ponían el fonendoscopio en la barriga y ellas en el oído y lo escuchaban tan normales. Yo empezaba a pensar que no había caído en gracia...Vuelven cogerme. "Te vamos a poner una cremita, porque como no dilatas..." Alguien en su sano juicio, que está allí para parir, ¿qué podía pensar? ¿que sería una hidratante?. ¿Qué íba a dilatar, los orificios de la nariz para insuflar más oxígeno?. Pues sí, allí estaba yo echándome el pelo pa los laos pa recibir la crema de día. "NO, HIJA, SI ES PAL COÑO, QUE ES QUE NO TE ENTERAS DE NÁ".
      EVIDENTEMENTE. Como hasta la fecha no había dilatado nada, no tenía dolores, no "estaba en lo que estaba", pos yo, tan feliz. Ah!, pero la oxitocina cambió por completo mis percepciones sobre el parto: Al momento empezaron las contracciones. "Que me duele,que me está doliendo, que qué me habéis hecho, que esta crema me ha sentao mal, mu mal, que me déis un nolotil o un algo que me duele mucho aquí abajo". Pos claro. Si esa es la cosa, que te duela, pa ver si de una vez dilatas, pares y te vas pa tu casa. Enfermera que se me acercaba, enfermera que me aprendía el nombre, viene la tocóloga, Lola Reina, no se me olvidará en la vida. Y entre sollozos y contracciones le pregunto "¿Tu eres la que me va a asistir?". "No, yo, si hay algún problema, sino, la matrona". Y se va. A todo esto yo todo el tiempo llorando porque la cremita me mató, y moviendo las piernas nerviosa y sistemáticamente hasta el punto de tenerles ardiendo por la fricción. A esto que mi compañera la de al lado, tratando de consolarme me dice: "Pero chiquilla, estás muy nerviosa, asi te duele mas", y yo le pregunto: "¿tu tienes contracciones?". "No". "Pues ya verás cuando te entren, buahhhh". Se acerca la tocóloga esta vez a su cama: "Macarena, que como te hemos puesto la oxitocina y no dilatas y llevas aquí pa hacerte fija, que te vamos a hacer la cesárea, vale?". "Vale". Cuando se da la vuelta tocóloga y enfermera empieza a llorar amargamente. Y yo a chillar "¡A mí!, ¡Hacédmela a mí, que Macarena no quiere!!!". Tenía que ir al baño. Como fuese, y allá, que entre contracción y contracción me bajo de la cama, me sobreviene una, me agarro a mi "suero con ruedas" y me dirijo hasta un bañito, siempre parando con cada contracción, el camino se hízo interminable, para mí y para mis compañeras que me seguían con los ojos desde sus camas... Cuando llegué, y me senté en ese blanco y lustroso inodoro, con el lavabito al lao mojándome las muñecas pa refrescarme, recordé  los documentales de África, lo listas y lo naturales que eran las negras. Lo natural, era estar en "cuclillas", no montadas en una camilla facilitándoles el camino al médico, cuando era a nosotras a quiénes se nos debía facilitar el parto. Cuando las enfermeras se percataron de mi cama vacía, empezaron a preguntar dónde estaba yo y una de las que me había visto se chivó la muy... y me descubrieron. Yo pensaba parir allí, la  verdad. Pero al salir vieron que tenía 4cm, y se dijeron con esto mismo nos la vamos a llevar a ver si nos la quitamos de una vez de encima. Total, segura de que Lola Reina sólo intervenía si había problemas, cuando me llevaron a paritorio me apresuré a decir: "Soy amiga de Lola Reina. Me ha dicho que me tratéis con cuidado". Las enfermeras se miraron, porque no me percaté de que se lo estabn diciendo a otra que entraba:" ¡Uy, Lola, mira qué díce, que es tu amiga, y que a ver cómo la tratamos!". "Anda, anda, si acabo de verla por primera vez hace 2 horas...". Tambien Lola, se podía haber enrrollao, pero bueno, la perdono, porque al final hasta me durmió porque decía que yo ya no tenía  fuerzas para ayudarla. Y así llegó mi hijo. Llamaron a Carlos padre para que estuviera conmigo, y cuando lo pusieron en la camilla de al lado, le pregunté a Carlos si estaba seguro de que era el nuestro, porque me escamaba mucho que no me hubiesen dormido cuando estuve dando la lata y en el momento justo de parir, me durmieran...
  

miércoles, 7 de abril de 2010

       Lo del feisbu, no tiene precio. Menos mal que las que somos puretonas nos hemos introducido de lleno hace nada y como diría quien lo dijo, "ni son todas/os los que están ni están todas/os los que son" porque sino, esto sería mas que facebook, hotbook. Lo mejor de todo es que ha coincidido con que nos han echado del colegio, dicho así suena fuerte y raro, pero como diría Consuelo Alcalá es "verbalizar" una situación clara y evidente que se ha hecho real este año. Y es que éramos las madres de mayo. Lo nuestro no tenía nombre. En la verjita que nos separaba de nuestros inherentes cigotillos con patas que se alejaban de manos de las que nos parecían adustas progenitoras por unas horas, las que nos suplantaban y podían, pueden y tienen en sus manos las mentes de nuestros angelicales e inocentes criaturas para modelarlas a su antojo, esa separación cuando dejábamos a los niños en el colegio, era vivida como si los dejásemos  en un hospicio rodeados de inmundicias. A principio de curso se representaban historias dignas de las mismisimas tragedias griegas. Esos niños llorando a moco tendío exténdiendo sus manitas y gritando entre babas "mamá, por favor, nooooooo!!! por favor, por favor nooooooooo me dejes aquiiiiiiiiiii, no quieroooooooo!!!" y nosotras haciendoles la corte, por supuesto a su nivel. ""No me llores, hijo, ya está, ya está que mamá ya mismo está por ti, el tiempo de ir al corte inglés, comprarme unos zapatos, descambiarle el jersey a tu hermana, ver la oferta del supermercado, recogerle los zapatos a tu padre, hacer cualquier cosa de comer y ya estoy aqui"... Y claro el prelado se cansó.  Este año los dejamos apenas un poco mas adentro de la puerta principal, por motivos de seguridad y porque en conjunto somos del todo insoportables. Pero no están del todo libre de nosotras, siempre que la ocasión lo requiere nos reunimos para despedirlos nuevamente cuando tienen una excursión, un evento por ínfimo que sea, que nos haga vomitar nuestra maternidad por las ventanillas del autobús, u obsequiarlos con nuestras recalcitrantes coletillas en los escasos pasos que separan de la puerta del colegio a la escalerilla del autobús, en esos instantes tenemos tiempo mas que suficiente para referirles, repetitiva y obsesivamente " No te separes de la profesora, no te quites la gorra que te puede dar una insolación, bebe agua de tu botella y solo de ella, ocupa tu sitio en el autobús y no te levantes, que encima, no tienen cinturón y luego vamos en nuestro coche y nos multan si no os lo ponemos, anda que..." Los niños de seguro, hartos de nosotros, asintiendo y haciendo como que nos escuchan, de igual manera que nuestros maridos... Otro punto para relatar: "Sí, hijo, sí, haz lo que quieras, si tienes a quién salir. A mí, desde luego no te pareces, sales a tu padre".
       ¿Qué ha supuesto esto?, pues que tengamos menos tiempo para ponernos verdes en el patio, porque antes, dejábamos a los niños y nos quedábamos, en mi defensa tengo que decir que yo pocas veces, en el patio, y allí se cocían menudas coliflores... "Y ésta, esta de qué va, todos los dias trae un modelito, ¿con quién se estará acostando?, con el marío, no, porque yo sé de buena tinta, que apenas se hablan, y ella, ahí va, con todo de marca", "Buenooooo, y tu no te has enterado que fulanita ha dejado a su marido y se ha liado con el de menganita", "Señor, Señor, ya hay que tener ganas de hombre, eh, porque vamos, a mi me deja el mío y me salen cardenales en las manos de dar palmas, ainnnss, que jarta estoy, y to los dias la comida, que si la ropa, que si los deberes, es una lusssha constante, que una ya después no tiene ganas de ná, de que va a tener ganas una, a ver, de qué, porque yoooo tengo la líbido, lívida...". Así que yo cojo mi feisbu y me lio a hablar con unas y con otras. Es lo mismo que hacíamos en el colegio, pero ahora es mas sibilino y encima podemos estar con "los bucles cerrados y puestos, en pijama, con la pertinente coca-cola light al lado, dándole una voz de vez en cuando a nuestro rebaño, toreando en unas pocas de plazas, que si ahora contesto a ésta, que si ahora a la otra, que vaya faltas de ortografías que me ha sacado la que presume de licenciatura, a saber si sacó la carrera con Aída la de Gran Hermano, que nunca se pudo averiguar en que año estuvo en ninguna de las universidades citadas, ahora éste, que va de filósofo, más bien de xilófono porque no da la nota..." Y esto, ¿no es felicidad?, pa las que ya lo tenemos to limpio, los macarrones hervíos, el marido acomodao en el plasma con su furbo, los niños importunándose el uno al otro... ¿qué mas se puede pedir?". A mí es que esto del internete me parece un avance... y ya lo más ha sido lo del blog. Esto me ha superado. Eso de ser ecologísta sin notarlo, porque mira que da que hacer meter los botes en un lao, las botellas en otro, la basura orgánica aquí, la inorgánica allá, los papeles y el cartón acullá y el resto en el más allá. Pos eso, que yo escribiendo aquí, no consumo celulosa que viene de la madera, de los árboles, del Amazonas...pero lo de los documentales lo9 cuento otro dia, que no me va a dar tiempo a darle un repaso al feisbu, y tengo que "está ar día".

lunes, 29 de marzo de 2010

Para quien pueda leerme

         Estos últimos escritos son como una especie de débito, hacia esas personas que tanto he querido, quiero y que se me han ído. Pertenecen a mi intimidad, pero como todo. Todo forma parte de mí. Yo tambien tengo mi lado negro, y no hay mejor forma de aclararlo que compartirlo con quien quiera leerlo.

Dias de Pasión

         Hubo una vez una persona en mi vida que dijo que si me casaba, no debía querer demasiado a mi marido para sufrir lo imprescindible si me dejaba. No debía querer demasiado a mis amigos por si me fallaban. Debía comprender que si mis padres morían era ley de vida, y aceptar la muerte de mis hermanos cuando llegara por ser mayores que yo. Utopía digna de una persona fría, racional y calculadora que nada tiene que ver conmigo. Yo he querido, quiero y querré cálida, desenfrenada e irracionalmente a todos aquellos que han pasado y están en mi vida, de distinta forma pero totalmente involucrada y padeciendo hasta el mas mínimo de los desprecios por ridículos que estos parezcan.
      No es que no haya podido superar la muerte de mis padres, que incluso a día de hoy, me es doloroso escribir esta palabra precediendo la de mis progenitores, es que me niego a pensar que haya que superarlo o resignarse. Esto no es más que un estigma que se lleva de por vida grabado en el corazón como cuando sellan una res. Y no te duele una pérdida más que otra, es que se acompaña del brote de las llagas que ya tenías, de la rabia, de la impotencia, de lo que pudo haber sido y no fué.
     Mi padre por su erudita sabiduría, mi madre por su infinita bondad, mi hermano Curro por su bohemia locura, mi hermano Ignacio por su fantástico don de gentes, mi hermano Enrique por su simpática y eterna adolescencia, al aventurero de mi hermano Antonio o al increíble hombre de cro-magnon que es mi hermano Rafael ¿cómo superar la pérdida de mis padres teniendo semejante rastro de carga genética tras de sí, repartida en esos cinco ADNs? ¿Cómo poder pensar en la ficiticia posibilidad de pertenecer a una familia normal en la que sus miembros fallecen por causas naturales, después de haber conocido, vivido, querido y aceptado lo que sin duda era nuestro inevitable y fatal destino?. Éramos así herederos de una genética fuerte pero desperdiciada, y de un carácter obtuso, execrable pero nada hipócrita. Convencidos pero equivocados. Especiales y estúpidos.
      No quiero pensar lo que he soportado porque es masoquista sufrir pretéritamente. Lo que no estoy dispuesta a pensar es lo que soy capaz de soportar. Vivo con la espada de Damocles eternamente en mi cabeza invadiendo mi cuerpo de terror, cada vez que mis hijos tienen décimas de fiebre o aq mi marido le duele la cabeza, o se siente mal cualquiera de los que amo. Este es el precio de mi maltrecha y malgastada seguridad, el abuso cotidiano a que someto mi entereza.
       No me gusta recrearme en el dolor, ni padecer gratuítamente. Estoy agradecida de la vida por haber nacido donde nací, por tener a quiénes tengo, por querer a quienes quiero y por ser querida por ellos, porque sería indigno regodearme en mis desgracias ante tanto cuanto poseo, aunque tanto se me haya ido.
       Me gustaría donar mis órganos, excepto mi corazón, que hecho jirones, no conoce sutura posible.
CUANDO LLEGUES

        Cuando llegues, amor, tendrás que recibirme como soy, no como te imaginas. Tomarás mi libertad y me darás la tuya. Tomarás mi compromiso y me darás el tuyo. Empezaremos juntos a nacer; pero no será posible desentenderse de los pesados lazos del recuerdo.
         El tiempo en que no te tuve, dejará de existir cuando tu llegues. Todo será sencillo. Como una rosa recién cortada, se instalará el milagro entre nosotros. NO HABRÁ NADA QUE NO QUEPA EN MIS MANOS CUANDO LLEGUES. Tornasoladas nubes coronarán el techo de la alcoba. ¿Dónde están mis heridas? me diré...

         PERO ESCUCHAME BIEN: LLEGA PARA QUEDARTE,
CUANDO LLEGUES                           

A MIS PADRES

        En estos momentos, quisiera estar en sus brazos.
Hundir mis labios en sus mofletes y besarlo... tantas veces como pudiera. Infinitas veces. Pegarme fuertemente a él. A su posesivo amor. A su protección. A su candor. A su extremada dedicación hacia mí.
        En estos momentos quisiera estar a su lado.
Recostada en la cama, ha´blándole de cómo me fue el día.
Compartiendo su delicioso humor y besarla... tantas veces como pudiera. Infinoitas veces. Pegarme fuertemente a ella. A su cariño.
A su dulzura. A su bondad. A su despliegue de detalles conmigo.
        En estos momentos daría algo grande por encontrarme con ELLOS una vez más. En cualquier momento estaría dispuesta a canjear, a ceder lo que fuese por volver a estar con ELLOS.
        Hace años que leí una frase que decía: "Proponernos un blanco que no está a nuestro alcance es gastar inútilmente las fuerzas". Pero mi resignación se rebela recordando el poema de Pablo Neruda:
        "PORQUE EN DIAS COMO ÉSTE, ME TUVIERON EN SUS BRAZOS: MI CORAZÓN NO SE CONTENTA CON HABERLOS PERDIDO".        


                                                         22/Julio/93
        Siendo la muerte una propuesta tan eterna y la vida tan increiblemente breve, pregúntate a tí mismo:"¿Debo evitar hacer las cosas que realmente quiero hacer?" "¿viviré la vida como los demás quieren que la viva?"
         La próxima vez que tengas que decidir acerca de tu propia vida, que tengas que hacer una elección personal, hazte a ti mismo una pregunta muy importante:"¿Cuánto tiempo voy a estar muerto?" Ante esa perspectiva eterna puedes decidir ahora lo que prefieres, lo que eliges, y dejar a los que siempre estarán vivos las preocupaciones, los temores, la cuestión de si se lo pueden permitir y la culpabilidad


         Puedes disfrutar maravillosamente del momento presente, ese tiempo huidizo que siempre está contigo, si te entregas completamente a él, si te pierdes en él
         Absorbe todo lo que te brinda el momento presente y desconéctate del pasado, que ya no exíste y del futuro que llegará a su tiempo.
         Vive todo lo que puedas; no hacerlo es una equivocación. No importa mucho lo que hagas siempre que tengas tu vida. Si no has tenido eso, ¿qué has tenido?. El momento apropiado es cualquier momento que uno aún tiene la suerte de tener.
          PUEDES HACER CUALQUIER COSA QUE QUIERAS HACER PORQUE LO DESEAS Y POR NINGÚN OTRO MOTIVO
         
          PROPÓNTE ALGO Y CONSÍGUELO
         

miércoles, 24 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

Inauguración

Estaba pensando como introducirme al mundo asomada desde esta ventana digital que nos puede hacer llegar a todos. Si lo piensas mucho te da miedo, como cuando tienes un hijo, sólo cabe pensarlo lo esencial, porque si no, no lo tienes. Nada tiene que ver una cosa con otra. Ni por asomo. Aunque para mí, escribir son pequeños partos cerebrales más o menos responsables, y relativamente peligrosos, porque lo escrito, consta, y se puede ser dueño y esclavo de tus palabras. Como me ponga muy profunda, no llego ni a la primera publicación.

Siempre he escrito mucho, en los diarios desde pequeña...¡Me han pasado tantas cosas!. Acabo de echarle una ojeada a uno de mis cuadernos y me hace gracia leerme, por lo exagerada, extravagante y extremista que soy escribiendo. Pero ahora que estoy cerca de una madurez incipiente, porque aun no la tengo plena, pienso que demasiado coherente y serena he sido por todo lo acontecido en mi vida y de la manera en que sigo digeriéndolo. Por muy optimísta que sea, porque gracias a mis genes tengo un humor casi imperturbable, contiúan los coletazos de las tragedias familiares por las que unos antes otros después todos pasamos, pero que en mi caso fueron en trepidante cadena cerniéndose sin piedad sobre mi adolescencia, haciéndome perder los trenes de ese momento. Pero por ser el primer día, no voy a recrearme en malos rollos, que yo soy una tía mu simpática, nada mártir y a la que no le gusta regodearse en las desgracias. Eso sí, me extiendo mucho.