miércoles, 12 de mayo de 2010

        
          Que lo que sentí aquella noche
          no me traspase, ni me corrompa
          no me imagine protagonísta
          de otras historias.

          Que sin haber sentido tu contacto
          tengo estremecimientos nocturnos
          ritmos acelerados, oscuros nudos
          que entrelazan mis sentidos uno a uno.

          Brotan de mi epidermis agudas notas
          que se deshacen en un gemido, como de un sónar
          tratando de entremezclarse entre los silbidos
          de un viento mudo que se desliza por tus oídos

          Quiero llamarte a gritos y despertarte
          y abrirte mi alma por pusilánime que sea tu parte.
          Quiero cerrar los ojos y que no estés
          para descanso de mis demonios y de mi sed.

          Quiero volver a ser la que ya no soy,
          y destruir con mis propias manos lo que eres hoy
                  sin embargo,
          por mas que quiero no puedo dejar de mirar atrás
          y ver tu sombra que me persigue entre las demás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes facilidad en todo lo escrito.
Un lujo seguir leyendote.
Besos

Gracicienta dijo...

Gracias, siempre tan amable con tus comentarios, espero que podáis perdonar mi desidia y lentitud por los acontecimientos familiares que nos han rodeado. Espero volver a ponerme las pilas y contar con vosotros para cuando esté recuperada. Muchos, muchos besos.